Just go naked and throw the beauty on the fire.
Hay, freezadas en el mundo,
personas-congeladores que vienen y van,
y nosotros así
tan ‘tender’
supersticiosamente dependientes
de pensares diseminados como cascaritas de lastimaduras
a las que les vamos aplicando hielo
tratando de provocar el deshielo
de aquellos congeladores del mundo de piedra.
caloventores pensantes
retratados así,
tan ‘tender’
ordenamos nuestras cosas mientras duermen los leones
ponemos nuestros nombres en líneas y al final, firmamos
e inevitablemente aquello que solíamos ser sucumbirá ante la fuerza de gravedad y ya nunca
no,
ya nunca
volveremos a ver con ojos vírgenes.
se acerca el metal al fuego y me dice que es la última vez, que ya no lo hará
e inevitablemente aquello que solíamos ser se teñirá con una sola mano de confusión y ya nunca
no,
ya nunca
volveremos a ver(nos) con ojos vírgenes.
Seguramente no estarás de acuerdo en que correr nos desacelera
así que bienvenido sea el dolor
y congelado sea el intento de retrasarlo porque al menos en su raíz, no tiene a donde ir.
(Y a veces
nosotros
tampoco)
“este es el día en que todo cambia y los mundos paran de girar”
y me río, porque ni yo me creo
corriendo directo hacia aquellas luces donde nos desfiguramos en la nada
y este es el día en que las palabras colapsan
pero se sabe que, en algún momento, nos despertaremos para darnos cuenta qué tan rotos hemos quedado.
me hace parecer a un médico en búsqueda del factor para menguar el malestar
(que de a ratos tiende a dolor)
pero sabés que nada regenera la piel si la cura no es uno mismo.
“usá esos elementos en tus huesos”
y antes de poder siquiera pensar ya me vi tan blanca y tan flaca
tan visible
-como vos-
-o quizás debí decir: “y no era la única”-
y no pude evitar pensar que quien había escrito esa nota anónima sabía mucho más de lo que se sabe.
a veces nos cortamos los excedentes para poder encajar.
que sirva para recordar,
pero esperá,
del todo no me cures:
dejame alguna cascarita para recordar.
…
¿Cuánto?
¿Cuánto?
¿Cuánto es que nos demandará hasta desatarnos luego de cansarnos de ser nudos con dejos de humanidad?
¿Qué si todo lo que viéramos fuera sólo lo que somos?
alguna noche de sorpresas será capaz de ver esa luz
¿Cómo?
¿Cómo?
¿Cómo es que devenimos a esta ruta donde nos encontramos haciendo dedo?
¿Qué si todo lo que viéramos fuera sólo lo que tenemos?
y te deshiciste de otra parte de tu fuego para iluminar algún día que no tenga sorpresas.
y entonces con las yemas de mis dedos sin-sentir es con lo que me pregunto
cuál es la razón por la que la belleza es tan etérea en los ministerios del tiempo.
y para cubrir espacios quizás nos vamos colgando de aquello que parece
o que nos parece
y así miramos al cielo en vez de detenernos en por debajo de la miseria y de la ira que permitimos que otros vean o en los nenes que lloran la calle.
(No que lloran en la calle,
lloran la calle,
la lloran a ella,
¿entendés?)
contaminando el blanco,
llenándolo de sonido,
y quizás estemos bailando sobre la nieve
mientras los demás ven el show,
y quizás estemos bailando sobre la nieve
mientras alrededor nuestro la gente crece
y nos ve sangrar...
y cuanto más diseminado esté cada mundo personal, más pronto es que necesitaremos
y ellos nos ven sangrar
porque estamos bailando sobre la nieve
y ellos no paran de crecer
y seguimos bailando
seguimos bailando en la nieve,
y nosotros no paramos de sangrar
y seguimos bailando,
seguimos bailando sobre la nieve
y la gente no para de crecer...
(amanece, o al menos eso intenta)
Tan sólo hay que dejarse caer.
Yo sé
ya sé
yo sé,
lo supe desde antes de que comenzaran los tiempos…
Este mundo en el que estamos no necesariamente implica que la soledad nos de por vencidos
supongo que en algún punto quiero entrar también a ese recinto tan oscuro
yo sé
ya sé
yo sé
que a veces hasta la primavera se siente fría.
Magnificados, las altas nos harán volar y las bajas sólo nos darán motivos para querer morir.
Yo sé
ya sé
yo sé
que a veces desde el precipicio es más fácil soltarse a dejarse y caer.
toda esta fealdad que te anduve detallando
para que de alguna forma podamos estar ahí
y hasta la penumbra pueda ser plausible de compartirse.
De algún modo nos violaremos
hasta elevarnos por encima de nuestras retorcidas mentes nocturnas incluso en pleno día
quizás la luz sea pasando el túnel,
a la salida de la tormenta.