Tango en el fango.
Extraño sor/nurte
en el centro del mismísimo
kilómetro cero:
torremolinos en Casablanca;
Santa lucía quiso
terminar en Paloma
y como aquella vez dijo:
“Sale el sol,
entra ese nombre.”
progresivamente.
La vigilia fue correlato,
progresivamente.
Había una murga en la vereda
y progresivamente
se disparaban flechas sin arcos.
y viceversa
progresivamente,
quien comandaba la comparsa sentenció:
*
*
*
Me fui a dormir con la una.
Me levanté con las dos.
Quise escribir con las tres.
Tomé café con las cuatro.
Jugué al solitario con las cinco.
Las seis vinieron y quisieron verme llorar.
No les permití tal atribución.
Del iris a la córnea maduró el fuego que extinguió la orgía que el contrato social impuso al intentar erosionar la roca con el mismo mar.
De la retina al cristalino la barricada me sentó a su mesa pero jamás vi ninguna silla aparecer.
El nervio óptico se acomodó al ritual.
Con las siete me acosté.
Conmigo únicamente me levanté y pensé:
Quizás sea el hecho de poner las flechas en tu cabeza. Tal vez sea el hecho de que pongas las flechas en la mía. Pero de dagas entre dedos y manos sucias nadie se libra y quizás eso sea, en el fondo, lo que haya del otro lado del espejo.
Reptil de cerrojos,
descubro un picaporte donde quiera que tantee.
Detrás de las puertas que son umbrales, que son pasajes, que son paisajes, que son muros, que son lamentos, que son simpatías, apatías, empatías. Detrás de lo que viene detrás, que ya no está por delante- todo es.
A veces no es lo mismo ser o estar pero
ya no está por delante y todo es,
es y está.
siesta de la dancefloor interna
donde sin embargo
siempre sonamos
y retumbamos
al unísino
y del mismo color)
El acto de revolcarse en plena letra
no es tan sólo autogarcharse y nada más.
Esto es Buenos Aires, no Las Vegas.
Entre el lamento y la depredación
quizás el arte sea
ubicarse a medio camino.
Pero un poco inclinados sobre la izquierda del centro.
Anyways,
a años luz de los extremos.
me libro del cielo
y de aquella
canción sinfín”)
Lo escribió William Blake
Lo citó Aldous Huxley
Lo erigió Morrison
y yo simplemente lo comento...
"si las puertas de la percepción fueran depuradas, todo habría de mostrarse al hombre tal cual es:
INFINITO"