http://www.makepovertyhistory.org dress me up and let's go to Vegas*
Saturday, December 30, 2006
Night tight beside rain.
Same bed, same you, dark haired.


Demandás en sutilezas,
y ya nos sentamos a esperar por acá, hasta que el tiempo se agolpe hasta amontonar
(qué-quiénes- ¿nosotros?)
hasta alcanzar el eje de tu rareza y tal vez dejar
que las cosas sean como prefieras que sean-
(sí, me hablás a mí)
y que en esta noche de esta lluvia se arme la red
sin rebotes ni cannonballs,
a desperdiciar a cuenta del pago, desperdiciar not yet malgastar-
exhalá
tal vez sea la única forma de terminar de inhalarte
fuera de mí, fuera de vos, para ninguno de los dos porque nos estamos empujando-
de adentro hacia fuera,
(te había pedido justo eso, ¿viste?)
y aunque no cantamos lo mismo sí cantamos en la misma cama y me pregunto
cada vez que buscamos la rima en común
si las cosas alguna vez van a volver a sentirse tan reales que parezcan no terminar,
si las cosas alguna vez van a ser tan buenas otra vez
(vos te adelantás de a sutilezas, yo te aseguro de a retóricas)
(vos pedís constantemente y lo único que te voy a pedir es que cuando te lo pida, no te frenes.)

Horas atrás no fumamos galletitas, sólo algo de alcohol abajo,
en los zócalos.
Miraba la lluvia
después que abriste los ojos por el viento
hasta que casi me duermo de tanto pensar:

[otra vez hay polvos en el piso,
y hay pretéritos en su más pura, exacta y plena combustión:
huesos de verano, cuando hemos sido los hijos del invierno de antaño-
ellos sacan notas con la viola
y vos
sacás fotos con los ojos
y yo
saco fotos de la lluvia porque ya tengo las retinas llenas con horas en la calle
en la baldosa
en todos lados y si siguiera,
si lo pusiera entre corchetes
sería nonsense:]

y vos ahí,
ahora que no era siempre
hoy,
ahora es siempre.

 
Lala, none other, a las 3:57 PM 4 [They treat horses, don't they?]
Tuesday, December 26, 2006
Hey dark-haired eyebrow-pierced: dress me up and let's go to Vegas...


No soy propensa a los colores desgastados,
soy entre balas de zanahoria y salvias descafeinadas:
sacame pero desde adentro,
yo estoy lista,
ya estoy lista
yo estoy...
nadando en una taza con la lengua llena de trenzas,
disparada pero ilesa y muy firmemente agarrada-
(sacame pero desde adentro:
yo estoy lista
ya estoy lista
yo ya estoy
yo estoy
bien.)
Estoy cubierta de algo que generalmente se denomina "piel"
abigarrada de un modo peculiar donde la salida está donde dice "entrada"-
sacame pero desde adentro:
tengo dobleces,
aunque esté desdoblada,
y aunque viva desdoblando en presentes contínuos-
yo ya estoy.

(Yo estoy lista,
ya estoy lista
yo estoy
bien.)
 
Lala, none other, a las 8:04 PM 10 [They treat horses, don't they?]
Thursday, December 21, 2006








Go get your way, don't waste your precious time staring at this path I've been given. Mine may seem blurry and frantic, but it's the best I can achieve at the end of the day. I still can see there's fro in your every step; just take your pen and turn those moments into lines, we shall meet, uncertainties drive us most days. I know that can be such a crime but, believe me, sometimes it just feels as if even the clouds have somehow lifted...



Cuando partí comencé a volver, empecé a delinear un camino porque me ví perdiendo los sentidos con un nuevo hogar y sin saber muy bien dónde estaba 'casa'
-creo que no influenciará decir
que por momentos sospecho
que mi tacto es especial
entre líneas borrosas-

Se sienten solos en habitaciones llenas, arenas movedizas junto a algunas vías hacia el no-escape en plena fuga. Iluminados brillan desde la tierra hasta el cielo hasta que sale el sol. Siempre y únicamente, hasta que sale el sol
-creo que no modificará decir
que por momentos intuyo
que las líneas borrosas
son el mismísimo camino-


Por eso quizás sea lo mejor no creer ni una sola de las palabras que serán dichas hoy. No seguir la ruta de las palomas que aunque tengan alas se conforman con migajas. Sólo dar media vuelta, sólo empezar a caminar. Salir a buscar lo que brilla del camino: peregrinar(se), encontrar(se) no sólo en ese breve lapso que siempre dura hasta que sale el sol.
Quizás, no mienta
quizás todo salga bien, alguna vez.
 
Lala, none other, a las 1:23 AM 8 [They treat horses, don't they?]
Tuesday, December 19, 2006
Se detuvo a mirar a la bailarina
en la cajita de música
en la habitación
en la cama
en la oscuridad-
hasta que la porcelana se detuvo,
suspendida y constelada,
como un reflejo de muerte,
una señal predestinada:
virulencia y lluvia,
relación perversión-incondicionalidad.
La miró desde su pausa,
suspensión enceguecida que no se decide jamás a estrellarse contra las retinas
mientras los átomos,
tanto más decididos,
simplemente estallan en el aire todo alrededor.

Supo que la perfección de porcelana
ya nunca jamás volvería a bailar:
el sol volvería a brillar
y las bailarinas de porcelana serían sólo
anécdotas para contar.

Ella,
bailarina de carne y hueso,
se dio vuelta en la cama y con un gesto-
mitad desdén, mitad satisfacción
volvió a dormir en pleno sueño diurno:
siempre supo que cuando la bailarina mitológica extinguiera su propio encanto desde su irresoluble belleza inmaculada y celestial,
la muerte como reflejo arrasaría hasta con el mismísimo espectro
pero a ella,
bailarina de carne y hueso,
aún le restaría
demasiada pieza por bailar.
 
Lala, none other, a las 6:51 PM 2 [They treat horses, don't they?]
Tuesday, December 12, 2006
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Gracias a todos los que se acercaron durante el hiatus. Era indefinido, fue bastante corto. Debo respuestas particulares que ya llegarán. Gracias.
 
Lala, none other, a las 11:45 PM 1 [They treat horses, don't they?]
Thursday, December 07, 2006





Viene de Camino Palmero




La Rubia miró al ex inquilino ahora devenido en un simple tipo que ocupaba mi lugar en la mesa del bar. Yo estaba perdida y entraba en la bolsa de aquellos que no se encuentran con sólo buscarlos. La escuché decirle algo así como que los miedos de hoy se conjugan en las lágrimas de ayer y que sólo el tiempo dictará la sentencia, considerando al tiempo como si fuéramos nosotros mismos, pero con los huesos un poco más vencidos.

El tipo dijo: “Yo quería ver cómo lloraba el mundo pero en la catarata me vi imposibilitado de abrir los ojos. A pesar de que he hablado casi sin hablar, debo confesar que mi plan además consistía en ver cómo el mundo tropezaba, pero en el cimbronazo quise correr y al levantarme ya no había más azul en el cielo.”

Allí fue cuando, con mi espalda apoyada contra la pared del bar, comencé a entender su delirio sobre los reflejos. Tuve ganas de hacerle notar que siempre es factible que nos veamos caer y volar dentro de un mismo sueño sin siquiera abrir los ojos para amoldarnos al paisaje que vendrá, quise decirle que el tiempo que gastamos o perdemos lamentablemente no entra en los avatares de la historia, y de que muchas veces eso que vamos por la vida queriendo escuchar es lo que nos llena los oídos de cera, pero no se lo dije.

Resulta que el tipo estaba bastante necio sobre sus percepciones teóricas para aquella fecha.

La Rubia evidentemente no estaba preparada para la confesión que el tipo tenía para hacerle. Se levantó de su asiento y, llevando su bolso con ella, tiró por la ventana todo aquello que había estado sosteniendo para sí hasta ese momento. La lista incluía todas aquellas cosas que solía decir, aquellas otras que jamás diría, todo lo que sabía, todo lo que pensaba, todas las canciones que cantaba e incluso, sus programas preferidos de televisión. Al volver a su asiento el tipo la indagó con la mirada lastimosa que tenía colgada de las facciones. “Ya no sirve guardarse nada para los días de lluvia con tanta agua que ya hay alrededor. Quien sabe llegue el día en que nuestros nombres sean conocidos en toda la ciudad.” Se paró y se fue. La vi salir y al mirarme con desánimo me dijo: “ante la duda, sonreí.”

Entré y me senté en la silla que había quedado vacante pero me mantuve de espaldas al tipo, no quería saber de su negación constante por la existencia real. Lo escuché murmurar cosas semejantes a que no está bien eso de andar salteándose estaciones del año y no tuve más remedio que contestarle que tampoco hay que andar por la vida en busca de gemidos y que el cielo matutino también es una forma de paraíso. Como era de esperarse no escuchó, tan sólo se limitó a mirarse en el espejo y a intentar proyectar algún dejo de luz a pesar del cielo raso.

Antes de permitirme atacarlo con el cuchillo que nadie estaba usando preferí enjabonarlo en la displicencia que tan bien he cultivado a lo largo de los años. La vaquita de San Antonio se fue conmigo al tiempo que salí de aquel bar. No lo miré al irme, no me miró cuando me fui, tan sólo me limité a hundirme en la luminosidad que él de tanto buscar jamás encontraba. La luz me atravesó de lado a lado y atancándome por la espalda me provocó un ancestral cambio de piel. Al verme, giré sobre mi hombro y le grité: “Sacá tu mente de mierda de los confines de mi cerebro.” Pero dudo ampliamente que me haya entendido, él sólo entiende aquello que quiere entender.

Una vez afuera, La Rubia me esperaba. En la esquina nos cruzamos con el Diablo, y nos preguntó cómo habíamos estado luego de tanto tiempo. Antes de poder contestarle vino mi ángel y me preguntó por qué no me sacaba de una vez esa manía de andar resignando la suerte. Junté a los dos, ángel y demonio y les dije las cosas como eran: “uno nunca sabe que día es hasta que es sábado a la noche.” Me miraron y les pedí que si no tenían nada más importante o interesante que hacer se limitaran a cerrar sus respiraciones y contener sus ojos. Por último, y siguiendo con la burla que me había propuesto hacer de ellos mismos frente a sus propias narices, les dije que si sabían la diferencia entre importar e interesar iban a poder vivir con sus propias flaquezas.

Me miraron con sus ojos contenidos y los escuché intentando inhalar y exhalar desde sus respiraciones cerradas. Se sabe que voy por la vida manipulando aquí y allá, pero se sabe que lo mío es más bien explícito: si a pesar de saber sobre mi tendencia a la manipulación se dejaban manipular por mí de todos modos era señal de que a pesar de su condición de seres o espectros superiores eran bastante pelotudos.

Me miraron serios, tratando de aparentar ser mucho más inteligentes de lo que evidentemente, no son.

Les pedí que saquen sus mentes de mierda de los confines de mi cerebro y se fueron, ofendidos. La Rubia me miró perpleja y no me dejó más remedio que responderle: “Ante la duda, sonría.”


~

Época de examenes y cosas varias, torremolinos en el year's fall. Kumulonimbus entra en hiatus indefinido. Gracias por el aguante, gente.
 
Lala, none other, a las 4:30 PM 8 [They treat horses, don't they?]
Saturday, December 02, 2006
Debo reconocer que aunque sea un acto bastante y peculiarmente irregular, en las vaquitas de San Antonio hay ruedos de polleras de muñecas con las que jugamos alguna vez que te enseñan que a veces en su peculiaridad, algunas causas se convierten en sí mismas en causaefectos y que a su vez, los efectos distan en tan sólo una letra de convertirse en afectos.
Ergo ,
 
Lala, none other, a las 6:23 PM 16 [They treat horses, don't they?]