Sunday, October 30, 2005
Ju es:
-La que se levanta con la Cindor y se acuesta con el Danette.
-La única persona en el mundo con las agallas suficientes para llorar en un cine repleto con la escena de la terraza en Matrix Reloaded.
-La que corrió a la salida de un recital creyendo haber encontrado a alguien que no era y, lejos de avergonzarse, se le cagó de risa en la cara.
-La que “hace magia con la gente” según mi sista.
-La que no tiene ganas de dejar que se muera…
-La que cuando era chica estaba aterrada de las monjas, y cada vez que veía una salía corriendo.
-La que cuando tenía 4 años se clavó un tenedor en el ojo en plena cena navideña para llamar la atención.
-La que va a hacer sonar ese “te prometo que no lo hago más” como si fuera lo más cierto que vas a escuchar en la vida.
-La que se baña con el equipo de música en el baño, creyéndose Aretha Franklin, Donna Summer, Gloria Gaynor o Carly Simon.
-La que putea como un macho mientras ve a San Lorenzo.
-La “princesita más leeenda del mundo” acorde a lo que dice mi hermano.
-La que alega tener un altar conformado por la Coca Sarli, el Bambino Veira y Raffaela Carrá.
-La que iba a la cancha casi exclusivamente para reírse de la madre del Pipi Romagnoli.
-La que duerme con una pierna encima de mi perro, y la otra desparramando las sábanas.
-La que puede estar media hora mirando la misma foto o veinte minutos parada adelante del espejo sin hacer nada.
-La que quería hacerle juicio a Hollywood porque Brandon Lee se había muerto y cualquier otro patán osó seguir la saga de The Crow.
-La que siempre te va a decir que no, pero cuando menos lo esperes, empieza a cantarte.
-La que se paraliza cuando ve una cucaracha, y es capaz de subirse a una silla a los gritos hasta que algún alma caritativa la mate.
-La que cuando empieza a cabecear en el bondi se hace la que está buscando algo en la mochila para no resignar sus aires de diva suburbana.
-La que espera, desde que te decidas, hasta que vuelvas del quiosco.
-La que es capaz de sentarse arriba tuyo solamente para quedarse dormida, cabeceando con la frente para que te dignes poner el cuello como corresponde para dormirme cómoda.
-La que va con la cabeza en las nubes, y cuando sube al bondi en vez de pedirle al chofer “80” se manda un “Hola.”
-La que a los 5 años se hizo poronga queriendo imitar a Madonna en el video de Like a Virgin.
-La que se quiere casar con Ismael Serrano sólo hasta que componga una canción que se llame “Julieta”, para luego divorciarme, quedarme con su discografía completa, la mitad de sus ganancias, y the will to go para que debido a tanto despecho tenga que seguir componiendo.
-La que cuando no tiene ganas dice “tengo la espalda hecha mierda”, entre otras llamativas excusas corporales.
-La que te soborna poniendo voz de bebé, y carita de ángel.
-La que clasifica la ropa interior por color, compulsivamente.
-La que vive haciendo y diciendo cosas para que los demás se rían, y después se ofende diciendo: “¿Por qué te reís de cada boludez que digo? ¿Quién te pensás que soy… Krusty?”
-La que despertaba a toda la casa los sábados y los domingos a las 8 de la mañana para que le enchufen la tele y ver Nubeluz.
-La que no creía en las casualidades.
-La única de las tres personas que se quedaron encerradas en el ascensor de la facultad que salió cagándose de risa.
-La que cuando la cagan a pedos larga la carcajada, porque las situaciones nerviosas le dan risa, y no puede esconderla.
-La que sigue teniendo cosquillas como cuando tenía 5 años.
-La que toma mate con más azúcar que yerba.
-La que da puñetazos en la almohada cuando no está cómoda.
-La que camina por la calle y se cree que está en la pasarela de Giordano.
-La que tiene la cintura más chiquitita ever created.
-La que no va a la facultad cuando llueve.
-La que detesta ir a bailar, pero cuando va y se lo propone, derriba murallas.
-La que se esguinzó el tobillo izquierdo apropósito cuando tenía 16, porque estaba hasta las manos con el kinesiólogo que le llevaba 13 años. (Y la que padece ese esguince mal curado cada vez que hay humedad…)
-La que cuando alguien se cae por la calle se tiene que sentar en el cordón porque se desmaya de la alegría.
-La que se despierta diciendo: “arriba Juchi… pensá que siempre hay algún boludo que a partir de hoy ya no se va a despertar más.”
-La que siempre tiene el lápiz afilado para un buen chiste negro.
-La que nunca te va a demostrar que está mal si sabe que vos estás peor.
-“Una perra con mucha clase”, según mi cuñado.
-La que mandó a la mierda al instructor de esquí en plena montaña, y bajó toda ofendida porque “ese turro hijo de mil puta se cree que somos malabaristas…”
-La que tiene un delirio místico con La Sirenita.
-“El mejor culo a la redonda” según el que ya pasó.
-La que en el secundario usaba la pollera extremadamente corta (y todavía la guarda…)
-La que le puso diurético a un compañerito de la primaria porque no le daba bola a mi mejor amiga.
-La que le hizo pasar la peor noche de su vida a mi ex. (Y todavía no aprendió a manejar reverendas cuotas de orgullo)
-La que cuando volaron la Embajada de Israel tenía miedo a irse a dormir porque el responsable, según la tele “puede estar en cualquier lado”; y ella estaba cagada en las patas de que estuviera justo, justo debajo de mi cama.
-La que se quiere agarrar todos los perritos que andan sueltos por la calle.
-La que rompió esa ventana en el secundario… era hora de que lo sepan.
-La que es capaz de ponerse celosa como una nena de 8 años por nada, y después agarrarle vergüencita por ser tan boba…
-La que se preocupa…
-La que nunca dejó de ser una nena, y vive para contarlo.
Lala, none other, a las 8:20 PM |
Wednesday, October 26, 2005
Dando vueltas y más vueltas,
llegando a formar la espiral (¿del silencio?), anudando dígitos en algún cable imaginario…
(¿Por qué será que los teléfonos ya no tienen cables?)
(¿Qué hacemos con esos dedos que no tienen en dónde enredarse?)
Hasta ahí llegás.
Hasta ahí pasás.
No más.
(¿Sos vos?)
(Siempre.)
La voz quema, se consume, se agita, hace cosas, emite sonidos que no tiene que emitir.
Pequeños quejidos.
Pequeñas oraciones,
de aquel que tira la piedra y esconde la mano.
Tus proyectiles llegan, no importa que no seas francotirador.
(O tal vez lo seas…
tal vez tengas los diplomas escondidos,
fuera del alcance de las nenas que creen que hacen magia,
soplando para armar burbujas con detergente)
Tu astucia es implacable, mi querido delincuente,
tu coartada está servida sobre la mesa, larga, con sólo dos cabeceras, kilómetros de infinito intermedio, y silencio.
Entendelo.
(Entendeme)
El silencio nos está diciendo más.
Más que las canciones que podemos llegar a formar con nuestros acordes de dicotomía cotidiana.
(It’s mundane, te diría; pero no, es único, e irrepetible, es el eco que se ahoga en la respiración, que no se escucha, -que pasa de congelada a cálida en un microsegundo- pero que queda impregnado por ahí. En vos. En mí.)
Hay más de mí
(en un mundo encerrado)
que no ves,
no llegás a intuir.
(O sí,
tal vez, además de todo, seas mimo,
seas aquel que hace gestos vacíos para que los demás (yo) sonrían de costado,
dejando la tristeza en cada poro,
la angustia anclada adentro,
consumida en algún tipo sexual/asexual de instantánea felicidad-fantasía-magia.)
Quizás alguna que otra vez te lo deje entrever, lo disimule entre gesto y gesto.
Disfrazado.
Camuflado.
Pisoteado.
(Es que, ya sabrás, el paraíso se nos hizo cáncer)
De vez en cuando llegás hasta ahí.
Pero siempre te digo que no.
(Se ramifica)
Siempre me guardo las copias de todas las llaves, no te dejo entrar.
No puedo.
No puedo ser tan cruel de apagar la luz al instante y encerrarte en la gran burbuja.
(Una burbuja es muy frágil, deberías saberlo)
Hasta ahí llegás.
En la puerta esperás.
Puede que la abra,
Puede que me siente en ese banco a esperar…
(No puedo dar seguridad alguna ni de mí ni de mis actos; pero puedo tratar. Puedo prometer todo en el aire y, quién sabe… quizás se detenga y tengamos que buscar otra cosa para respirar)
…Cuando me considere digna de tu clásica, reverberante, celestial mafia fabricada pura y exclusivamente para esta reina de corazones nacida en el ojo del huracán.
Alguna vez…
Cuando el viento no sople, el sol se nos haga lluvia, y el mundo se pare de una buena vez y para siempre.
(Y resucite,
desde siempre, desde antes,
en el mismo ojo
del mismísimo huracán.)
Entre tanto ir y venir
(tanto devenir-¿venir de dónde?-debe venir…)
Supongo que ya es hora de intimidar la inteligencia.
Lala, none other, a las 12:22 AM |
Sunday, October 23, 2005
No. Si viniste a buscar palabras lindas, volvé otro día. Hoy lo que llevo por dentro entabla diálogo directo con tu monitor. Tómalo o déjalo, es lo que hay…
Domingo… mierda, es cierto lo que dice Sabina: yo tampoco quiero domingos por la tarde. Es increíble, todos siempre dijeron que este día es deprimente y yo sólo pensaba en que me daba pachorra… pero no, ¿sabés qué? Últimamente los domingos son una desubicación en la semana. De un tiempo a esta parte no los soporto, no los tolero. Me hacen mal. Me hacen mierda.
Y encima hoy hay que votar… y encima por algo que ya está tan asqueado en sí mismo que hasta nos deja la libertad de postular al Cangrejo Sebastián…
Y las pastas, la familia unita. Justo hoy, que es domingo, y no tengo ganas de ver a nadie… que no tengo ganas de nada, ni de mí, menos de ellos y las cosas que se dicen absolutamente todos los domingos, y esta, y aquel otro, y así…
Y me tengo que poner las pilas, porque sino me quedo sin banda. Tengo que empezar a tomar conciencia que no vamos a llegar a ser tan célebres como Bandana si no ensayamos como es debido, y en el medio el plan. Pao y Jime me necesitan para redactar la lista de nuestro plan macabro según el cual sólo 102 personas quedarán vivas en todo el mundo… y hay que ver a quiénes quiere matar personalmente cada una, y de qué forma…
Y mañana la clase de ética, la joda del siglo…
Y los blogs, hace mil que no hago mi recorrida blogueril, por el foro ya ni se deben de acordar que existo, y tengo que escribir y postear esto, y también tengo que escribir con Ro; y con Eze… y seguir la lista de la gente con la que me muero de ganas de escribir.
Y a todo esto, ¿cómo le estará yendo a Marlboro-man justo que lo engancharon en una mesa?
Además, no me tengo que olvidar de aquellas personas que me volaron la cabeza con sus comentarios… Y tengo que agradecerle a Lola por haberme citado en su blog y haberme hecho casi mear encima cuando entré y lo ví… y tengo que hablar con Pulguis. Si… tengo que hablar con Pulguis…
Y tengo que dejar de escuchar esta música deprimente porque no me puedo olvidar que es domingo, y que hace mal por partida doble. (Doble por peso y doble por personalidades…) tengo que sentarme a escribir todo lo que tengo que sacar de adentro y tengo que cagarme en que pueda llegar a hacer mal. (Bastante mal…)
Me tengo que planchar el pelo para mañana para que quede lindo… tengo que dejar de ser tan buena. Tan pero tan buena. Tengo que desatarme de eso que escribí y jamás publiqué. O, a lo mejor, tengo que publicarlo igual, así, a medias…
Y mi hermano que encontró mi blog… y me hizo llorar…
Tengo que desligarme de lo que escribí anoche en mi agenda: “Somos angelitos de ciudad con alitas de cemento que pesan a la hora de volar…” tengo que dejar de ser un ángel… o tal vez no. Porque se siente bien… porque me deja cosas lindas. Porque se siente tan bien andar pendiente y cuidando de aquel que no lo pide (o si) y andar por ahí, con la cabeza en las nubes jugando a ser adivina, tratando siempre por todos los medios de dejar de ser un angelito de cemento para ser un ángel guardián, así, con todos los méritos y los honores… en todo horario, momento y lugar, por cada entrada directa o indirecta que sepa que existe en ese mismo ser…
Cómo me gustaría volver a esa época en la que creíamos en todo y no sabíamos nada…
Y Regelus me va a matar si no le preparo arroz con leche…
Y no me tengo que olvidar de ponerme contenta porque Pauli me agregó al MSN y por fin me voy a poder colgar hablando horas y horas con reverenda personita…
Y tengo que luchar con mis celos, definitivamente, soy demasiado joven como para dejar que esos mal paridos me ganen de a ratos, lo mismo que con el cansancio. Tengo que buscar la manera de hacerme más resistente, de aguantar un poquito más, de doblarme pero no quebrarme…
No quebrarme más.
Nunca más.
Por mí, por vos, por ella, por él.
(Y hablé en términos generales…)
Tengo que hacer la lista de los temas que me quiero bajar, tengo (no, no…) DEBO bajar los temas que quedaron pendientes, no puedo pasar por alto que ya tuve mi cátedra y que es una tarea para el hogar, y que seguramente tendrá su evaluación…
Y tengo que ponerme contenta, porque hace 6 días que no prendo un solo y puto cigarrillo…
Tengo que reírme de nuevo de costado, tengo que repasar ese día, hace bastante que no lo hago. Y tengo que sacarme el miedo del después, del dentro de poco... y tengo que ponerme a repasar esos motivos. Tengo que sacarle brillo a eso que sé que todavía no dije... tengo que reírme de costado; y tengo que hacer reír... Me gusta hacer reír.
Y tengo que aguantar, y hacer magia, e ilusionar, y seguir, y no caerme, y preocuparme, y preguntar, y querer saber de verdad, de adentro. Que salga solo, que no se convierta en un disfraz. Y hacer fuerza para que todo vaya bien. Y ayudar en la medida que sea posible. Y ponerme mal si te va mal, o muy bien si te va bien.
Tengo que seguir siendo yo.
No me puedo olvidar que eso me dio y me da todo lo que tengo.
Lala, none other, a las 8:29 PM |
Friday, October 21, 2005
Me encontré en un balcón
con un ángel celestial
que me devolvió mi cabeza
me explicó cómo encontrarla
cuando se desprende el alma
conectándola a mi corazón.
Y digo:
"todo se me escapa
un paso mas allá".
Fuera de mí,
en el umbral del mundo
sin necesidad de entrar.
Fuera de mí,
perdido en otro rumbo
sin necesidad de volver
Fuera de mi. La Ley.
Basamento roto. Pies descalzos sobre cristales hechos trizas. Yo un poquito a destiempo. Y el mundo que gira, que no para… y mi cabeza que estalla, las piernas que se cansan, el cráneo que no encuentra la almohada… los pensamientos atravesados, nublados, de a ratos… como la nube que tapa la parte más azul del cielo, que llega, atraviesa, opaca, apaga y después de provocar semejante desastre, se retira como si nada.
Tengo los músculos atrofiados para dar determinados pasos, tengo miedos muy míos, que no se desenquistan; se conjugan, se llevan a la práctica, se circundan con hechos, y se plasman en eso que da miedo: lo que va a venir. No lo que pasa. No lo que ya pasó. No yo. No nadie.
Tengo los huesos hechos de arena, de amianto triturado, de cenizas hechas con las colillas de los cigarrillos que ya no fumo. Son los huesos de un cadáver que se empeña en seguir con vida…
Basamento roto. Base de un piso líquido. Pies descalzos. Músculos atrofiados. Huesos calcinados…
…Pero sigo existiendo como yo misma, con la misma cara, el mismo cuerpo y el mismo alma… algo no debe andar fallando tanto. Los gestos son los mismos, las intenciones no mutaron, lo que sé no amaneció hecho ignorancia, lo que soy no me dejó tirada en la calle, mi cama sigue en el mismo lugar, mi perro me sigue reconociendo como su ama, la comida sigue teniendo el mismo gusto. Lo que pienso está ahí. Lo que siento también.
Algo no está tan fuera de lugar, entonces. Es mero cansancio. Es normal saturación. Algún dejo de insatisfacción… algún acorde de inconformismo que no encajaba en ningún tema… es ese esperar…
Esperar…
Esperar…
Esperar…
Es eso.
Nena… andate a dormir.
Mañana ni te vas a acordar.
Lala, none other, a las 11:59 PM |
Thursday, October 20, 2005
A continuación, una hermosa limadura/colosal patinón que compartimos con el Sr SeB!A. (Y, aclaramos, NO era la primera vez que hablábamos... Yo te dije que esto iba a ser un post... muajaja...)
SeB!A dice:
esa sos vos en la foto? (preg bien boluda)
Juchi dice:
no, una amiga de la vecina que a su vez es la novia de un primo de un amigo que viene a la casa de un sobrino de mi papa que queda cerca de chapadmalal
Juchi dice:
se entendio?
SeB!A dice:
obvio
SeB!A dice:
pero no te queda lejos chapdmalal?
Lala, none other, a las 1:49 PM |
Sunday, October 16, 2005
La escoba mira… tiene ganas de entrar en acción. ¿Sabés qué pasa? Durante el tiempo de los balcones cerrados acá se juntó mucho polvo. Tal vez, demasiado. Sé que hay cosas que limpiar, objetos muy preciados a los que es necesario dejarlos relucientes nuevamente.
No sé qué es lo que ocurre conmigo últimamente, pero sabiendo que debo ponerme manos a la obra, no encuentro fuerza para empezar; y no hablo de cargar elementos pesados, de esos… de esos ya me encargué en su debido momento. Hablo del simple hecho de la higiene de este lugar. De la reconstrucción, refacción y redecoración de este santuario; de otorgarle motivos para sostener la fachada; para incrementar la sólida base de la estructura, si se quiere. O de justificar la vuelta, de hacerlo patente, de plasmarlo de una vez y para siempre en ese rincón que reluce fantasías increíbles, dignas de ficción y de sol.
¿Qué te anda pasando, niña maga, que teniéndolo todo no encontrás fuerza para levantar un sólo dedo?
¿No será hábito, costumbre…? De ver cada cosa en ese mismo lugar, cada elemento hecho anclaje, cada hora consumida en focos de atención cargados, saturados, opacados…
No.
No te vayas a dormir todavía.
Quedate.
Tal vez, sea la última oportunidad…
De barrer con tus pretéritos.
De sacarle brillo a ese corazón hecho adoquín…
De justificar que ese cuerpo ya dejó de ser roca cubierta de piel;
Que sí,
Que sos (somos) piel y huesos…
Pero qué piel…
Y qué huesos…
¿Ves?
Esos últimos fueron latidos, casi galope,
¿Ves?
No menguaron con el correr de las horas…
Todavía no murió. Sigue ahí. Seguilo usando.
Seguí bombeando.
¿Ves?
¿Ves que no estaba tan dormido, ni tan dañado, ni tan hecho pedazos?
Tal vez no sea…
Tal vez sea…
Tal vez intente tan sólo; pretenda ser…
Quién sabe…
Quizás la sangre coagulada no haya logrado hacer demasiado frágiles tus venas…
Quizás, no te vayas a quebrar ante un mal movimiento…
Quizás todavía no te hayas hecho de hielo o de cristal.
Quizás sea cuestión de calor.
Quizás no haya que esperar lo mediocre.
Quizás no lo haya…
Quedate.
No te vayas a dormir todavía.
No.
La escoba mira. Se ríe, satisfecha. Sabe que si por estos días la determinación anduvo golpeando la puerta, ella fue la que finalmente se decidió a abrirla. Sabe que es, ésta vez, la pelea a no perder. Sabe que en eso, definitivamente, se le va la vida. Ahora la tarea se hace responsabilidad. Si dejo caer la escoba, me caigo yo.
Y yo puedo recogerla a ella.
Pero ella, no me puede levantar a mí.
Lala, none other, a las 9:08 PM |
Thursday, October 13, 2005
Esta colorada ya pide a gritos un castaño.
No quiero más rulos. Ahora muero por mi lacio.
Tengo guitarra nueva, y en estos pocos días ya acunó más acordes que la vieja en años. El nudo en la garganta se fue, se desarmó, lo desanudaron… y la voz ya quema nuevamente esas cuerdas vocales que se habían acalambrado de tanto escribir postales para decirle “te extraño, te necesito… volvé.”
Hoy sí me voy a ir a cantar por ahí, a caminar sola por calles plagadas de seres humanos como vos, como yo.
Me voy a dar vuelta en la esquina antes de cruzar…
Voy a mirar por ese huequito que queda pendiente, flotando quién sabe donde, en la unión de mi cuerpo y mi sombra. Voy a fundir mis cristalinos armando nuevas figuras con la basura que encuentre en los marquitos de las baldosas.
Voy a levantar la mirada y voy a saber, sin que se fugue mi teoría, que ese visage me espía desde atrás de algún árbol.
Se me va a escapar la misma sonrisa consentida de costado, con la espalda más derecha que antes, los brazos más firmes, los ojos más lindos que vas a ver en la vida y las piernas mejor plantadas de todo el universo.
Voy a cruzar sabiendo que si quiero te grito “piedra libre” en el medio del boulevard… y no lo voy a hacer, cómplice, a tus deseos.
(No te extrañe que una de estas noches tenga ganas de jugar un ring raje por tu barrio...)
“Ilusionista de almas”, vas a pensar, y te voy a dejar con toda calma, asintiendo para adentro, acariciando el ego, redondeando el bordecito del ombligo que ya no se oculta. Es imposible alterar la verdad, a lo sumo se la esquiva, y prefiero que mi cintura se dedique a evadir otros peligros. Voy a seguir por ese camino dejando que el viento que ya pide su verano me siga rozando la piel. Voy a seguir disimulando las cosquillas que tengo, y también las que invento cuando necesito largar una carcajada de felicidad simplemente por no creer que eso esté ocurriendo…
Y va a volver a ser de noche, y me voy a volver a dedicar a recolectar esas estrellas que estén por apagarse para llevármelas a mi cuarto y reconstruirlas a deseos, a intoxicarlas en necesidades… las voy a colgar por ese rincón cercano a la ventana donde tengo algunas otras chucherías que traen recuerdos.
Me voy a dormir con su brillo eterno, ya no celestial, sino mío.
Y me van a hacer más especial, más mágica…
“Ilusionista de almas” va a ser el suspiro que llegue desde donde sólo yo sé… lo voy a recibir con mi cabeza en la almohada y el lacio acariciándome los hombros. Me voy a correr el flequillo dejando que me tape los ojos, para que no llegues a ver que sólo con eso los hacés brillar. Voy a saber perfectamente por qué… me voy a reír, sabelo… Y voy a hacerle un rinconcito en el colchón a ese eco suspendido en el aire.
Y adiviná qué…
Voy a cerrar los ojitos y voy a dormir...
Mañana tengo que levantarme temprano. Mañana tengo que seguir haciendo magia.
Lala, none other, a las 7:33 PM |
Wednesday, October 12, 2005
Sé que probablemente no vayan a creerme nunca más, pero vuelvo, y de acá no me saca nadie. Estoy de vuelta, sí, y fue corta la ausencia, pero muy significativa. Me sirvió para encontrar esa determinación que estaba casi segura que no podía haberme abandonado nuevamente. Esto es así, y esta vez vuelvo fuerte y prepotente. ¿Quién dijo que los viajes profundos tienen que ser largos? Este no lo fue, y al que no lo convenza, que se retire del recinto con un solo click, que ya no será bienvenido.
Ya sabía yo… estaba segura… La respuesta estaba adentro, no había que ir a buscarla a las inalcanzables alturas… estaba dentro y ya la reencontré. Y no hay sube y baja que me la vuelva a quitar.
Se preguntarán cómo es posible que, teniendo tal caos interno, todo se resuelva en una semana, y siguiendo con la vida que una lleva como siempre, como si nada. Ahí es cuando llega el contraste. Ahí me di cuenta de que no todo está escrito. De que me queda mucho por decir. De que ahí estás vos esperando que la niña te remarque que esta también es tu casa. Previo a eso, había pasado el momento de quedarse sola frente al espejo, y ver qué tengo, qué quiero, qué necesito y, por sobre todo, qué NO quiero. Y listo. Es así de fácil. Un par de mitos que se caen al suelo, un par de bombas molotov germinadas en verdades descomunales que son, al fin, aceptadas, y llegamos aquí; al extremo donde una se levanta más erguida que antes y sale gritando a los cuatro vientos que ya está lista para equivocarse más y explicar menos.
Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.
Tengo que agradecer a todos los que vinieron corriendo cuando en pleno brote cerré este lugar. NECESITO pedir perdón a todos aquellos a los que pude haberles provocado un nudo en la garganta al pedo… o no tanto. Así mismo, me encantaría agradecer a aquellos que se acercaron exponiendo que preferían “venir a mí” directamente en vez de dejar un comentario que pudiera caer en cualquier par de ojos además de los míos. Gracias a los que me despidieron en intimidad, como correspondía en algunos casos muy puntuales.
Antes de finiquitar el post de la vuelta, me urge confesar dos cosas. La primera, es que evidentemente estoy más armada que antes, porque pude dejar atrás el “qué dirán” que implicaba este arrepentimiento y cagarme en todo/s aquello/s que no pudieran/quisieran entender ese arranque y este retorno. Este es mi espacio. Y punto. Hago y deshago en él lo que se me cante.
La segunda, es que así como abrí el blog por vos, también por vos lo cerré, sólo que no te lo dije. Y no me gusta ni un poquitito andar mintiéndote, sabelo. No soy capaz de hacer nada que te haga mal. Si llegaba a decirte que lo cerraba para cuidarte de mi verdad y mis palabras, para que no sufrieras más, hubiera sido más fácil, lo admito. Perdón. Es mi deber decirte que, si vuelvo, no es por mí, ni por vos, sino por los dos.
No todo está escrito. Nada se puede predecir con exactitud, siempre queda un margen de incertidumbre. El observador, por el mero hecho de ser testigo, influye esa realidad que está viviendo. Cada post ahora es diferente, porque después de las bisagras que ya pasaron, estos dos pares de ojos ya no van a mirar igual, ya han aprendido a leer en terrenos ajenos que se vuelven propios. No todo está escrito. Los días que siguen pueden ser tristes, o no. Puedo darte mi pañuelo si perdés el tuyo, pero no puedo prometerte el más cálido de los soles. Nada se puede predecir con exactitud. Pero gracias a eso mismo, nos ganamos mutuamente.
Lala, none other, a las 9:42 PM |
Saturday, October 08, 2005
Todo lo que me parece cercano,
al fin se aleja.
Todo lo que me parece lejano,
permanece allí.
¿Cuál es el caso en ver la cercanía o la distancia?
Si al fin y al cabo lo sincero,
es lo que se siente, y no lo que se ve.
Ese texto tan chiquito pero tan cargado, fue el primer post que se asomó por este balcón. Así empezó todo.
Mierda… cómo se complica… Nunca pensé que me iba a tocar sentarme a escribir esto, o por lo menos, nunca se me cruzó por la cabeza que fuera tan rápido.
El balcón se me está cayendo a pedazos. Pero no porque haya mucha gente en él, sino por piedritas que se van acumulando, y pesan más que la mismísima estructura.
Esto no es un chau, ni un hasta siempre. Es un hasta luego.
Tengo mucho de miedo de todo, me volví chiquita otra vez. Fue un año de mierda y fue una suerte haberme cruzado con el banner que me hizo abrir este lugar. Fueron una gran ayuda. Fueron mi gran compañía. Pero ya este lugar tan colmado de recuerdos amargos y de felicidades que es mejor dejarlas ir a tiempo me está llenando los ojos de lágrimas otra vez.
Ya me es muy masoquista releer aquello que arma la historia. Ya no puedo.
Fui feliz. Me caí. Me hundí. Creí haber salido. Quise probar. Me di cuenta de que todavía no podía. Caí otra vez, con una inercia negra, que me empezó a gritar que tengo que ponerme bien yo para recién después abrirme a los demás.
A diferencia de la vez anterior, no puedo quedarme llorando y escribiendo, porque ya escribir no me está representando nada.
A diferencia de antes, tengo que frenar absolutamente todo el mundo, su gravedad y su órbita, y tomar esto que sé que me hizo crecer, para ponerlo en práctica. Para volver a ser. Para volver a vivir, de algún modo.
Necesito un tiempo para replantearme muchas cosas. Para ponerme al día conmigo misma. Para revalorarme. Para recordarme a mí misma que soy capaz de ser feliz y de hacer felices a los demás. Sólo que ahora no puedo.
Fue un viaje. Pero el boleto en este balcón lo sacamos todos juntos.
Gracias por venir, por quedarse, por los mails, por las charlas de msn, por todas y cada una de las palabras de aliento cuando el mundo se me rompía en la cabeza. Gracias por todas las carcajadas cada vez que quise ponerme a prueba y hacerlos reír.
Esta es Julieta. Ya la conocían de frente. Hoy les muestro ambos perfiles y la parte de atrás.
No sé cuánto tomará, pero definitivamente voy a volver a abrir este lugar, cuando la fuerza o la determinación me golpeen la puerta, esta vez para quedarse. Cuando me asegure que lo que digo que ya pasó, pasó verdaderamente, y no que permanezca latente esperando la primera oportunidad de mostrar los dientes.
Hasta que eso pase, no se olviden de la coloradita del Culodelmundis, o de Kumulonimbus, como prefiera cada uno.
Hay algunas personitas que merecen sus párrafos:
Jime y Pao, no puedo agradecerles por acá. Se los agradezco cada día, y no por aguantar, sino por existir.
Nico, gracias por tantas carcajadas, y por la historia que supimos empezar. Tenemos también que saber seguirla. Te comprometo públicamente.
Vir, gracias por todo, no creo que tengas una remota idea de lo que tus palabras me hicieron madurar en cada uno de esos sentimientos que se iban desdibujando.
Ro, gracias por hacerme saber que de todo se sale, que cuesta, pero que se puede. Creeme que me das el mejor ejemplo con cada post.
Candelita y Lour, gracias por tanto aguante, por tanta confidencia, por tanta amistad.
Pablito, gracias por ser mi compañero de trasnoche, y por estar, siempre.
Marlboro: muchísimas gracias por ser mi mosquetero nº 1 en el mundo blogger. A vos te llevo en el bolsillo.
Paulita y Flor: son dos personitas muy especiales, nunca se olviden, y nunca cambien eso que las distingue del resto.
Jenny: gracias por meterme mano en la mente y el corazón a cada palabra.
Eze: sin palabras, gracias para vos me es poco.
Nanih: no sabés como me gustaría abrazarte. Gracias por sacarme tantas pero tantas sonrisas en los momentos más cruciales.
Fer: gracias por cada letra, coma, punto, por cada perfección hecha escritura, y por cada lágrima a tu favor.
Andi: G-R-A-C-I-A-S por tanto. Por todo ese sweet september.
Y sí, de vez en cuando me van a tener leyendo y comentando, esto no se deja tan fácil. Me quedo en Mujeres Errantes, compartiendo mi responsabilidad por esos pagos.
Bueno, vamos a ponerle punto final a tanta determinación. Me retiro a mi sucuchito privado, para que nadie me encuentre hasta que no sea debido.
Vamos a colgar el último post de esta primera etapa del apático balcón:
Epifanía.
No te puedo hablar de tu papá y mucho menos estoy en condiciones de tratar de explicar lo que sentí cuando naciste, porque todavía falta mucho para que me decida a que llegues a este mundo.
Esta es una carta de tu mamá a sus 21 años casi recién cumplidos, y con la vida de una chica de 21 años que está con sus amigos y la pelea, en todos los frentes.
Es de noche, y me puse a pensar en la gente que me hace bien. De repente tomé conciencia de las veces que te nombro, o las veces que digo que voy a tener mellizas… o las veces que me imagino de grande, con ellas, y feliz. Sobre todo muy feliz.
Tal vez no entiendas. Yo, al menos, no entendería.
Estas son sólo algunas líneas que, en muchísimos años, me voy a asegurar de que leas, para que puedas señalar y apuntar con el dedo tal como yo hago con tu abuela cuando falla. Yo me lleno la boca diciendo que no voy a ser para vos lo que es ella para mí (aunque no me quejo, pero el tiempo corre, y para tus años sus maneras ya no van a ser las adecuadas) así que te toca a vos ser testigo y verdugo a la vez de una madre que va a estar al lado tuyo mientras leas esto, y otra madre que se queda entre estas líneas en representación de sus 21 años.
La verdad, es que muchas veces me siento sola. Y muchas veces me encantaría que estés acá conmigo, que tengas unos cuatro años, que te rías sin parar, y que seas hermosa.
La verdad, es que tengo miedo de que algún día pueda pasarte algo malo, o de que alguien te haga sufrir.
La verdad es que no sé si la mujer que está acompañándote ahora aprendió a vivir de una mejor manera de la que ahora vive esta pendeja de 21. Pero esta pendeja de 21, sabe muy bien que vos ayudaste para que así sea.
Un placer saber que existen. Por ahí dejé el mail/msn, por las.
Besotes.
Juli.
Lala, none other, a las 6:25 PM |
Thursday, October 06, 2005
(Nunca algo escrito con tanta, pero tanta anterioridad pudo haber visto la luz tan, pero tan a tiempo. Justo a tiempo. Apaguemos las velas. Prendamos las luces.)
Tengo las uñas pintadas de rojo, aunque no sé qué pretendo emular con eso.
Tengo dos manos muy blancas, con diez dedos bastante finitos y bastante largos.
Me como esas mismas uñas que pinto.
Parecen las diez demostraciones de feminidad más visibles con las que cuenta una nena de cinco años.
Pero tengo 21.
Tengo dos brazos bastante largos, flacos, lindos…
Que no tienen fuerza.
Subo los brazos, retraigo las manos, me sueno los dedos, estiro las yemas… no puedo salir.
Estoy presa.
Estoy cautiva dentro de mí, siendo lo más libre que una persona puede ser.
Tengo libertades envidiables…
Que no me sirven.
Tengo ideas.
Tengo convicciones.
Que vistas desde adentro no parecen tan firmes.
¿Dudo?
Si.
¿De qué?
De…
(Hay preguntas que me superan… y mis neuronas, la mayoría del tiempo, no tienen ni la más mínima gana de ponerse a intentar.)
Es métrico.
Es poético.
Es la más frustrante imagen de lo que ya no es igual.
Algo se raja.
Se abre.
Se agrieta.
Se rompe.
(y todos sabemos que algo roto, por más que luego sea reparado, nunca vuelve a ser como el original.)
Algo
f
a
l
t
a.
Me ves y te veo. (Pero no NOS vemos)
Estirando los brazos para tocar aire viciado que se cristaliza y nos frena.
Estiro las manos y no puedo salir, no puedo romper conmigo.
El cuerpo de Julieta es la morgue de Julieta.
Estiro los brazos, arqueo los dedos, juego con las yemas...
Sé donde está la salida.
Pero sencillamente, hoy no tengo ganas de caminar de más.
Mañana… no sé.
Pasado…
Te llamo y arreglamos.
(Nunca algo escrito hace tanto, pero tanto, supo esperar sin saber muy bien el por qué de su existencia a este exacto y preciso momento para salir. Yo apago el cigarrillo. Vos, abrí las ventanas.)
Lala, none other, a las 11:17 PM |
Tuesday, October 04, 2005
Tres recitales frustrados.
Un día de determinación compartida.
Una noche de mucho frío, después de una semana espléndida.
Un abrazo en picada (o caída libre, a criterio del lector)
Dos horas de charla.
Demasiados besos.
Una mesera molesta.
Un happy hour inentendible.
Una cuenta jamás saldada en aquel bar.
Un viaje en taxi. (dos, uno sin besos, otro con)
Un rato bastante considerable para una despedida.
168 páginas de conversaciones.
Demasiados mensajes de texto.
3 despertadores que suenan temprano para estudiar (o 3 posibilidades de despertarte)
Una gripe disfrazada de alergia.
Demasiados llamados.
Demasiadas ganas.
Una noche de confesiones apenas llegada la primavera, que, a su vez, se compone de un te quiero, un te extraño, un te necesito y varios te … más.
Unos 40 minutos por cada despedida.
Demasiada gente que esté dispuesta (o no) a pasar a segundo plano.
Una sola persona fija en la cabeza, en cualquier lugar, en cualquier momento.
Muchas fotos.
Muchos escritos.
Un cumpleaños de una mejor amiga.
Un boliche muy pedorro.
Mucho frío.
Una caminata lunar.
Un susurro justo a tiempo.
Demasiada ansiedad.
Un cordobés en una esquina.
Un viejito solo en un Mc. Donalds a altas horas de la noche.
Un infiltrado de lujo en una salida de amigas.
Muchas comidas a destiempo.
Varios Danette.
Una noche con mucho miedo de irme a dormir hasta que llegue mamá.
Tres parciales.
Un dos.
Una reaparición fantasmal.
Un abrazo de palabras.
Una tarde con todo el sol del universo en tu perfil derecho.
Una feria de sentimientos a la francesa.
Un intento bastante gracioso por decorar un celular.
Un muñequito que haga acordar en todo momento.
Una pizza imaginaria.
Una hamburguesa sin terminar.
Varios cigarrillos.
Una curita de Winnie Pooh.
Una mano de un payaso.
Un banco de plaza.
Una llovizna sideral.
Una tormenta astral.
Un “me siento mal”
Un gato en la barriga.
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Un mes con vos.
Juli ta estudiando y no tiene muchas ganas de escribir/pensar. Sé que es una de mis producciones más pobres… lo sé…
Bueno, acá es cuando ustedes dejan de leer. Sí, el siguiente punto final es todo para ustedes.
Vos vení acá.
Esta es mi forma de decirte que te quiero hasta el cielo. No. Hasta el espacio. No. Hasta Plutón. No. Hasta una chatarrita olvidada que le quedó a la NASA pasando Plutón…
Lala, none other, a las 12:00 AM |