Tengo las uñas pintadas de rojo, aunque no sé qué pretendo emular con eso.
Tengo dos manos muy blancas, con diez dedos bastante finitos y bastante largos.
Me como esas mismas uñas que pinto.
Parecen las diez demostraciones de feminidad más visibles con las que cuenta una nena de cinco años.
Pero tengo 21.
Tengo dos brazos bastante largos, flacos, lindos…
Que no tienen fuerza.
Subo los brazos, retraigo las manos, me sueno los dedos, estiro las yemas… no puedo salir.
Estoy presa.
Estoy cautiva dentro de mí, siendo lo más libre que una persona puede ser.
Tengo libertades envidiables…
Que no me sirven.
Tengo ideas.
Tengo convicciones.
Que vistas desde adentro no parecen tan firmes.
¿Dudo?
Si.
¿De qué?
De…
(Hay preguntas que me superan… y mis neuronas, la mayoría del tiempo, no tienen ni la más mínima gana de ponerse a intentar.)
Es métrico.
Es poético.
Es la más frustrante imagen de lo que ya no es igual.
Algo se raja.
Se abre.
Se agrieta.
Se rompe.
(y todos sabemos que algo roto, por más que luego sea reparado, nunca vuelve a ser como el original.)
Algo
f
a
l
t
a.
Me ves y te veo. (Pero no NOS vemos)
Estirando los brazos para tocar aire viciado que se cristaliza y nos frena.
Estiro las manos y no puedo salir, no puedo romper conmigo.
El cuerpo de Julieta es la morgue de Julieta.
Estiro los brazos, arqueo los dedos, juego con las yemas...
Sé donde está la salida.
Pero sencillamente, hoy no tengo ganas de caminar de más.
Mañana… no sé.
Pasado…
Te llamo y arreglamos.
(Nunca algo escrito hace tanto, pero tanto, supo esperar sin saber muy bien el por qué de su existencia a este exacto y preciso momento para salir. Yo apago el cigarrillo. Vos, abrí las ventanas.)
A ver...
Hoy hablamos, nos senatmos después de mucho tiempo, al fin te decidiste a sentir que yo era tu hermana de nueno, y me contaste todo. De la a a la z.
Mi cara fue cambiando igual que la tuya a medida que avanzabas en lo que contabas.
El asombro, la sonrisa, la carcajada, los rasgos desencajados...
Y hoy te vi llorando otra vez, después de tanto tiempo por exactamente lo mismo que antes usando un pantalon distinto.
No lo entiendo y me duele. Me duele más que a vos porque en lo anterior te aconseje lo más que pude, te ayude a que salgas a flote de una historia que tenia mucho amor de tu parte pero bastante poco de especial.
Hoy capaz lo ves igual que yo, lo anterior fue lindo pero no se disntinguio de cualquier otra historia.
Esta sí. Esta es de pelicula como vos siempre decis (hoy entendi plenamente por qué) y esta duele mas. Ese saber lo que ya te paso duele mas.
Me da miedo, porque aunque no te lo dije estas cayendo en el mismo lugar del que te fue tan dificil salir. Se nota en tu cara que la sonrisa que tenias ya no esta, que estas de mal humo, que no te bancas nada, que estas con la mala contestacion en la punta de la lengua, que no estás para nada bien.
Y, la verdad, no tengo la más mínima idea de qué hacer ni de decirte que hagas tal cosa para estar mejor.
Me sale un jugate por lo que queres.
Y relaja. Porque asi como estas, cerrada y ciega, no vas a llegar a ningun lado.
Te quiero mucho mucho mucho.