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Ganas de hacer algo diferente.
Léase gatopardo, algo así como 'que todo cambie, para que todo siga igual'
Oh damn fuckin' hell yeah...
Sólo huelo el pasto mojado en el exterior - dentro de ésta habitación blanca.
Sólo rozo la infinidad de lo eterno - dentro de ésta habitación blanca.
Sólo saboreo la momentánea y perpetua rotación de la nada y del todo - dentro de ésta habitación blanca.
Sólo escucho los sonidos del viento de agua que sopla constante en cada vericueto de la inestabilidad del afuera - dentro de ésta habitación blanca.
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Líneas blancas, incluso en la cortina.
Ambiente insomnio, desierto y abandono.
Cíclicas, pero jamás envolventes.
Capacidad de asombro sin precedentes.
Ambiente insomnio, error preciso.
El disco se mantiene girando, se sienta en su sitio en soledad.
Ambiente insomnio, se disparan las notas.
Se dibujan las sombras, se acomodan en la pared.
Ambiente insomnio, se mantiene girando.
Ambiente insomnio, se ve nacer desde el sonido.
Y el cuerpo-
Rústico, áspero, claroscuro. La remera lo nota, del cuello al estómago- la orgullosa aprehensión de una prenda, simple y mero objeto, panacea de una persona y sus huecos. Lo perpendicular entre el cuerpo y la mente, inerte y jamás inherente al sentimiento y al deseo.
Oscuro.
Oscuro y obsoleto. Tímido y sugestivo maniqueísmo que atraviesa los caminos privados por debajo de cada ministerio de la piel.
eso
que no es esto
porque 'esto'
es nuestro bien más prescindible.]
Sincretismo de las uvas rojas, canabis que fecunda la visión de las gracias congeladas suspendidas claramente
en
el
cielo.
(es tan obvio que ella no está allí)
Se ríe y empaña sus ojos. Baila desde su estanque aunque esté congelada. Enemiga de las dualidades: depende de infinitos e incontables factores cósmicos.
(ya se fue)
Hace caso, cápsula sumisa. Apuesta por cosas sin nombre juntos a carnavales de heridas y felicidades defragmentadas y nunca sabe- no. Ella nunca sabe.
yeites, papel para armar cigarrillos.
Recuerda la almohada, deja vu de piel y huesos. Se recuesta, inestable ella, y su columna tiene fibrilaciones en azufre y absorbe el aire del concreto, y se eleva:
basamento fantasía-vulnerabilidad.
Aunque no sé si es conciente de lo que pasa, dormita otra vez.
y me condensa el pánico aunque mi boca siga seca, callada.
La mierda sea con vos, Julieta, quizás hayas tenido suerte.
Quizás no te haya escuchado.
Y entre los anagramas de dos nombres, ¿sabés cuántos apodos esos grafismos pueden formar?
Y entre dos fechas de nacimiento, ¿sabés cuánta gente puede morir?
lo de hoy, que se denomina ‘presente’
algo que tiene que ver con lo que posiblemente acontezca, que más allá de ser futuro es simplemente un tiempo verbal sustancialmente en potencia.
Y ese cigarrillo que abandoné por el sueño repentino se termina de consumir, y en su imprudencia incinera el borde de la mesa de luz.
Falta tacto: es exasperante lo que genero cada vez que escribo últimamente.
Soy un desecho tóxico que jamás se conforma con nada.
This left feels right,
let’s face it:
shit happens.
Cuando estaba en la secundaria, me acuerdo que en la mayoría de los recreos me gustaba colgarme de la baranda de protección que había en los pasillos de la planta alta del colegio. Era raro, la cabeza quedaba del lado de adentro, el cuerpo se arqueaba hasta quedar casi atravesado por esa baranda a la que además, le enroscaba la corbata del uniforme, y las piernas quedaban colgando, al vacío. Me acuerdo que en cada fuckin’ recreo Tina, la preceptora, venía apurada a gritarme que saliera de ahí porque me iba a matar.
Sospecho que Tina nunca se puso a pensar que yo tenía más posibilidades de caer por el susto que me daba con sus gritos que por perder el equilibrio…
(Se adapta a muchas escenas cotidianas de la vida post-secundario también.)