Cuando estaba en la secundaria, me acuerdo que en la mayoría de los recreos me gustaba colgarme de la baranda de protección que había en los pasillos de la planta alta del colegio. Era raro, la cabeza quedaba del lado de adentro, el cuerpo se arqueaba hasta quedar casi atravesado por esa baranda a la que además, le enroscaba la corbata del uniforme, y las piernas quedaban colgando, al vacío. Me acuerdo que en cada fuckin’ recreo Tina, la preceptora, venía apurada a gritarme que saliera de ahí porque me iba a matar.
Sospecho que Tina nunca se puso a pensar que yo tenía más posibilidades de caer por el susto que me daba con sus gritos que por perder el equilibrio…
(Se adapta a muchas escenas cotidianas de la vida post-secundario también.)
jajajajja te vas al carajo ju
como va la vida? todo bien?
bueh, el template nuevo se va al carajo.
te vas al carajo
jaa
chau!