It has been only your truth for so long. But the question is: can you handle mine?
(Volví, pero ya me volví a ir. Inconstante, obvio.
Para el rubio M, que está casi tan oxidado como yo y quiere marquito blanco, gracias por el shoteo y las risas :P)
Se me da vuelta el estómago como un guante:
si no como algo ya, me desmayo,
si me desmayo, no puedo volar
y si no vuelo… mejor lo dejamos ahí porque lo mío es el ballet y no el boxeo.
y el cuerpo no da más:
anoche se fue a dormir retorciéndose en plena circunstancia
y hoy amaneció dolorido por la causa
y no para,
no da tregua,
no descansa
(pero debo ser sincera: yo tampoco quiero ya parar.)
tan circunstancial,
tan Belín como yo,
¿y a vos qué te pasa?
Ya sé que te pesa que nadie escuche lo que va gritando tu par de medias hechas mierda de tanto batallar, pero no es mi culpa, man.
Yo estoy para ser exprimida como cítrica incondicional,
y esto,
y eso,
y aquello,
y lo que quieras.
¿Y vos como estás?
¿Qué comiste?
¿Te bañaste?
¿Qué soñaste anoche?
¿Se te hace fácil dormir todas las noches en esta paz tan frágil que habita todo alrededor?
Te falta la trola que se deje en la cama,
el vaso on the rocks,
el arma enfundada cerca de eso que te hace hombre,
la marihuana somnolienta, el cigarrillo en su defecto,
la sonrisa que de tan viril se vuelve maricona,
se vuelve maniqueísmo.
Te falta Las Vegas a vos, ese es tu problema
y yo,
que ya tomé tanto a esta altura de la noche
sigo escribiendo a esta hora,
incluso en éstos tiempos,
donde ya nadie está de pie como para escribir, como para seguir
y yo sigo,
¿sabés por qué?
porque lo mío es el ballet, y no el boxeo.
y nada de esa mierda etérea me gusta,
me vuelve tan poco,
me limita al espacio que me condiciona, como si fuera una trola barata,
esa de la que te hablé,
esa que te esperaba en la cama,
y soy tanto más que eso…
que no creo en los cuentos
y vivo las realidades.
No busco la realidad idealizada sino la idealización de la realidad,
pero
¿qué sabrás vos de esto que te digo si hoy por hoy la mayoría se des-vive a la inversa?
te reís,
me decís que estoy un poco tocada.
Te miro,
me río,
te digo que sí-
detrás de mis mil costados
soy conciente y sé muy bien
que soy una sola.
(¿Serías capaz de afirmar lo mismo de vos?)
hola,
¿qué tal?
¿cómo estuvo el día?
¿te parece si nos bañamos hasta que se nos pase lo trivial?
¿te parece si nos tiramos en la cama a ver correr las nubes viendo más allá del techo, atravesando con los sentidos lo aprehendido y lo inspirador de todo esto?
Amalgama carne,
¿cómo estuvo la semana?
Yo todo bien,
un poco cansada,
un poco ofuscada porque toda la mierda que nos roza y nos saca la lengua, y nos viola en pensamientos cada noche nunca tiene un cuerpo, nunca tiene una cara, y siempre así, y nunca existe y sin embargo me rompe soberanamente los ovarios y si digo algo me siento mal porque encima soy
tan
tan
tan
tan
tan
tan
buena…
no,
no,
no…)
¿cómo va?
Yo bien aunque dejame decirte
que la balacera del guió-por-capítulos
que corre en paralelo
que a su vez,
está en perpendicular
al lejano Oeste de las muñecas rotas
que también
corre en paralelo
pueden llegar a provocar un desastre y no climático.
Ver las nubes, ver el sol.
Dame lo que te sobre, a mí me alcanza;
soy así,
una inconformista que se vuelve feliz con muy poco,
estoy loca, ¿lo dije?
a lo que no quiero ser,
y me voy a bailar
mi ballet que no es mecánico
hasta que me de cuenta
que por los soretes en miniatura que nos rodean
no nos podemos desvelar.
Summer nites… as you said: we’re the lucky ones, dark haired…
Taconeo hasta que el jean deje de arrastrarse y se haga jirones que se desparramen sobre el parqué de mi cuarto.
Ya no es un problema de elección el preferir no elaborar(te):
desde la arena al canto rodado,
los tubos de ensayo me han visto desprotegida y desposeída de todo amparo
y así tal fue
que en la cordura donde alguna vez encerré mi locura decidí
no practicar ni transar ni negociar
con aquellos espectros entre ocres y dorados.
En la rebeldía de las marcas de mis manos hay paredes llenas de años,
muelles que visité sin haber saludado,
certezas que sólo yo sé y que ya no me importa
que se sepan,
que se vivencien,
que se compartan.
La puerta es siempre un tiento para una soga a cuenta de la existencia.
El cuello es siempre el puente entre lo de arriba y lo de abajo;
por eso no voy a dejar de elaborar(te), sólo sino hasta que yo así lo quiera:
si algo aprendí al intentar moverme irresoluble fue a no mirar hacia ambos lados antes de cruzar:
gracias a dios o a algún planeta,
nací ambidiestra.
No tengo por qué dejar de elaborar(te).
La rotación del eje no depende de mis pantalones,
y quizás en la mecánica del ballet sin-sentido
cada letra forme palabras con-sentido
y entonces, quizás
sea la fortaleza la luz de lo mejor,
el zenith de la hoguera desde donde tampoco dejaré de elaborar(te)
y presumo, tal vez,
al enmarcar cada marca en la pared, la pulsión se haga grafismo
y el grafismo se eleve a silogismo, y así,
desde la cúpula de los vestidos,
al ver la sangre en el vestíbulo reconozca lo vivido
y las marcas en la pared
al no dejar de elaborar(te)
quizás
te den sentido.