Both of Us. Lala Mártin Photography
Bueno,
Este es un post atípico porque no voy a escribir, voy a contar – voy a contar qué me está pasando y, es raro porque nunca pensé que iba a llegar un momento así.
Son muchos cambios. Lentos, rápidos, pero todos a tiempo. Aquellos rápidos, son los que no necesitan esperar. Aquellos que llegan hoy después de haberse visto postergados por decisión propia llegan precisos. Llegan con toda su razón.
En algunos días más se va a lanzar mi sitio web – para todos los que preguntaron cuándo y para todos los que me atajaron en el msn para que les avisara cuando esté listo, se van a enterar por acá. Es algo que hace mucho quiero hacer, pero que recién ahora es el momento en el que tiene que ser. Como vivir de esto. Porque siempre me dijeron, ellos, ustedes, que yo tenía con qué, que podía vivir de esto. Bueno. Parece que estoy empezando a hacerlo.
Y también acá van las gracias. Porque no se empieza a triunfar en lo que a uno le gusta solamente de pedo. Tiene que haber un camino, una evolución, algo – algo que justifique cada paso que damos para alcanzarlo, algo que nos recalque que elegimos bien. Una señal que nos remarque que somos lo que hacemos , y que no podríamos hacer otra cosa.
Porque vos me podés poner al frente de una clase de inglés, o me podés poner un uniforme divino y hacer que le traduzca a un contingente yankee lo que dice la guía de turismo, o me podés encerrar en una oficina para que te haga las tareas administrativas, o hasta me podés hinchar los huevos en el call center. Pero yo te aseguro que no me vas a ver tan feliz como cuando escribo, o cuando saco fotos.
Acabo de ganar el primer concurso fotográfico al que me presenté, patrocinado por el Congreso Mundial de Inteligencia Emocional, y compitiendo contra 800 personas de todo el mundo, y estoy feliz. Estoy con una sonrisa que me rompe los labios porque cuando me dijeron que el tema eran las emociones pensé que la única chance era ir a lo obvio: la mina embarazada o el pendejo con rasgos maravillosos. Y yo no me quedé en eso. 8 de los otros 9 ganadores lo hicieron, como el 80% de los participantes. Yo no. Y gané.
Y acaba de salir a la venta mi primera colección fotográfica, The Black Tidal Collection. Y va bárbaro. Y salió tal como la pensé. Y quedó tal como quise.
Y dentro de 10 días sale a la venta un libro patrocinado por uno de los grupos de fotógrafas más importantes en todo Flickr, y una de mis fotos va a estar ahí.
Y a fin de año van a ser dos libros, y un calendario, y una exhibición, y quien sabe qué cosa más. Y muchos de ustedes ya dejaron de escribirme comentarios acá para directamente mandarme un mail y compartir conmigo qué les pasó con eso que escribí y decirme “che, nena, ahora que te hicieron notas y que salís en revistas y que tenés un diploma de honor colgado, no te olvides que saliste de acá, he?” – y después de más de 3 años, yo tengo que contarles todo esto. A pesar de que me escriban y yo tarde 3 meses en responder. Saben que me da paja responder. Siempre, y ahora que tengo menos tiempo y el triple de cosas alrededor más todavía. Pero leo todo, y me llega todo, y me hace bien todo. Parece hasta demagogia pero son una de las cuatro patas que sostienen mi mesa: mi familia que por supuesto incluye a mi perro para respaldarme, mis amigos de verdad para ayudarme, mi pareja para todo y ustedes para poder.
Y tengo que agradecerles todo esto. Porque algunos les dicen rachas, otros golpes de suerte, otros recompensas. Y yo no tengo la más puta idea de lo que es. Pero está bueno. Y me llegó. Cuando quise. Y como quise. Como siempre, bah. A pesar de estar medianamente pronta a ser señora-de, acá todo sigue siendo muy Lala.
Y así seguirá.
Hasta que el diseño del blog se asocie con el del site. Y la pantalla se vuelva negra. Y vuelva a supurar algún sueño, o alguna pesadilla. Y les escriba, en vez de contar.
Por acá todo sigue siendo muy Lala.
Y así será.
Gracias.