Amor, nunca vamos a ir a tomar un café a Recoleta, pero eso es lo que te hace el hombre de mi vida, y nos quedan todos los días, y todas las muertes, y todas las reencarnaciones y todas sus respectivas, pequeñas muertes. Y los libros, las fotos y los pianos.
Fantasmagoría de todo lo que llega solo y porque sí. Porque sí.
Bla bla bla bla bla.
¿Viste cómo y qué fácil se van las palabras?
Causás efectos que irremediablemente se vuelven afectos. Y los afectos como resultado de tus causaefectos quedan.
Bla bla bla bla bla.
¿Ves?
Siguen ahí, causando efectos que irremediablemente se vuelven afectos.
Amor, nunca vamos a elegir la fiesta antes que el sofá, pero eso es lo que me hace seguirte, y nos quedan todas las charlas y todas las conclusiones, todas las fallas de los guiones, y todos los trucos de continuidad. Amor, nunca vamos a ir a bailar a Costanera, pero eso es lo que te hace mío. Y nos quedan todos los días, todas las horas, todas las muertes y todas las camas.
O’mine shooting.
24, 25 y 26 de diciembre 2007.
Love to love you.
Y felices 26.