en la cima del mundo
nunca hay nadie ahí para vernos sonreír.
Y es que las cosas no se frenan sólo porque el mundo duerma de noche,
la sal, las lágrimas y la nostalgia entre otros continúan disfrazándose de sueños
penetrando nuestras condiciones nocturnas.
Todo este presente sigue pasando frente a mí, junto con la mochila que guarda todas las veces que dije “chau”
Como si mi vida empezara de nuevo cada vez que amanezco, sacudiendo la carga sobre mi espalda y arreglando el ramito de todas las calles de Baires que tengo caminadas, todos mis tropiezos y todo lo que aprendí mientras desgastaba botas y veredas.
El cigarrillo se fuma mis pulmones junto con todas estas ganas de volar hasta el sol y no volver nunca más. De quedarme despierta para siempre y mirar cómo la vida te va cambiando. De probar cómo la calma rompe con la soledad y la esperanza se encarga de rellenar todos los huecos que me van quedando entre medio.
Fueron esas calles de Baires las que me enseñaron a dejar ir todo aquello que sé porque todo siempre está a tiempo de cambiar otra vez. Siempre parada en el borde de todo aquello que eventualmente tenga su posibilidad y su razón de ser, siempre proyectándome en la falta de control sobre aquello que sueño, como sueños autónomos, como un cuerpo que extiende su superficie terrenal.
[sentir/ser
es mucho más
de lo que puede abarcar
la superficie del cuerpo]
Claroscuro de las almas especiales que buscan vencer aquella extraña valentía tan cobarde de vivir por y para el ayer, parados en el borde de lo que quizás, podría llegar a ser.
Sinfonía del amor que de tan ciego va y contagia, y no puede lograr que ese otro par de ojos que tiene de la vereda de enfrente sea capaz de verlo.
Si es que alguna vez aterrizo sobre mis propios pies, espero encontrar el camino que me haga volver a aquellas calles hoy vestidas de imágenes mentales. Si es que alguna vez aterrizo dentro de este mismo cuerpo, espero poder quedarme dormida en algún lugar que sienta tan ajeno que termine siendo casi mío.
¿Alguna vez volverás a ver cómo brilla el sol?
De la mano hasta esa hermosa habitación llena de flores de papel,
que parecen de verdad
y hasta nos hacen reír pensando que para ellas es tan fácil vivir…
seguí tu camino hasta la punta de la escalera, atravesá el camino y volvé a empezar-
ya sé
que podría haber sido tan sencillo tirar todo al pozo del olvido y no voltear nunca más,
guardar el calor y los recuerdos junto con el silencio y la lluvia en la palma de tu mano...
Ahora ya es muy tarde para esconderse,
ya estamos muy cansados de no acostarnos con una sonrisa sobre los labios.
Siempre estamos buscando algo que sabemos, nos da pánico encontrar.
Y yo voy bailando muy torpemente sobre este miedo,
abandonando las comas, soltándome de las manos de nuevo.
Cuanto más decimos
menos es lo que nos queda por decir.
Parados, atascados en momentos hasta que el otro indique que es hora de hacer algún movimiento
y correr,
correr a esperar que lleguen los días que sabemos, llegarán.
no dejes que este miedo se lleve lo mejor de mí)
Como volar sobre el océano en un avioncito de cristal,
como arroparse contra los árboles de la city que siempre de pie, nos ayudan a respirar.
(No se, pero me gusta pensar que sí)
...vencer el miedo, un feroz enemigo, que corre tras nuestras mentes, pero no es mas que producto de ella.
muy bueno el blog.
saludos