(Y hoy estoy mejor que ayer, pero seguramente peor que mañana.
Todo se lava; quiero sol, quiero sal.
Sigo queriendo un abrazo y un botón que presionar para frenar el tiempo y ya no crecer más,
y congelar el mundo, pero logrando que siga haciendo calor.
Quizás no sea nadie, pero quizás al no ser alguien pueda llegar a ser ‘algo’
y ese algo, quien sabe, puede ser un puente o un cable a tierra para alguien más.
Quizás esté manteniendo en pie al que duda de su capacidad humana y de a ratos cree que sería mejor ver las cosas pasar desde algún costado del camino; quizás hasta esté marcando el camino. Quizás me gusta cuidar, y me acostumbro y de a ratos caigo, y toco fondo, y sólo me queda cantar.
Quizás no me tenga que ir a dormir todavía.
Quizás tenga que seguir usándolo, seguir bombeando.
La uña del meñique izquierdo pintada de negro, la pulsera y las venas que revientan de tan azules.
Es medio inexplicable (como casi todo últimamente), pero en medio de éste torbellino volví a mi estilo: ya se me distingue fácil del montón.
Quizás me vendría bien salir del montón por algún rato…
Y quien sabe; si me dijeras que soy humana, en este preciso momento, quizás hasta lo creería. Y me sonreiría.)
Tengo una psiquis fotográfica que va generando imágenes obturando flashes entre pestañeo y pestañeo.
Tengo párpados finitos que acumulan de todo; bolsillos del rostro.
Y tengo sol para septiembre y calor para octubre y preguntas honestas y algo inocentes que al hacer contraste con mi lado perverso parecieran estar endemoniadas.
Tengo la curiosidad de una nena de 5 años, la suerte de alguien que vivió 50 vidas, la sagacidad de alguien que murió 500 veces y el alma de 5000 personas diferentes unificadas en una sola.
Y de a ratos me acuerdo de lo cercano.
Y de a ratos me río.
Y de a ratos necesito.
Y de a ratos me voy a dormir y dejo de existir hasta el próximo día porque sé que es parte de mí.
Hay nenes en la ciudad que van levantando miradas,
Corrientes me conoce bien.
Y cuando camino, trato de seguir la línea de las baldosas sin mirar para abajo,
como si el suelo fuese una pasarela que cotice bien,
como si la voz de al lado fuera un eco suspendido en el aire que canta, ríe y la flashea, la delira y la vuelve a delirar.
Y de a ratos se sincera.
Y de a ratos se esconde en mi hueco.
Y de a ratos clava estacas o lanzas con los ojos.
Y de a ratos se abstrae y deja de existir, porque sabe que soy parte.
Piezas de ajedrez y una guitarra liviana, callejeros y arte fumando en algún escalón.
Fichas para jugar a las damas y un block de tapa celeste, casi azul, con una birome rosa que cruza los espirales.
Espiral del silencio: a veces es mejor escribir.
Y de a ratos nos entendemos, de a ratos nos pervertimos, y de a ratos todo lo que va entre medio también.
Y de a ratos solamente nos vestimos y nos enfundamos en piel.
Y de a ratos parecemos sólo secuaces sexuales.
Y de a ratos nos personificamos y amarramos manos con la realidad y sus presentes.
Y de a ratos situamos a los ausentes en su innegable y real ausencia.
Y de a ratos nos interpretamos en silencio porque sabemos que somos parte.
Demonios que congenian y se queman, de adentro hacia fuera.
No sé explicar muchas cosas, pero sé sentir muchas otras.
Sé perderme entre la gente pero también sé dejar una huella a mi paso.
Sé qué hacer para que mi figura, o mi rostro, o mi mano, o simplemente mi cintura se distinga entre la multitud que genera la marea humana.
No sé nadar, pero entiendo del arte de flotar.
Todo se lava con las horas.
Todo cae en su lugar con las horas.
Y de a ratos dormito.
Y de a ratos escapo.
Y de a ratos me fugo,
porque de a ratos tiene mi misma medida y a veces me dobla el talle y pienso… “yo, una chica tan chiquita, tan flaquita… es mucho.”
Y de a ratos me río.
Porque sé que es parte de mí.
Un suplicio
sed de ser,
responderse por sí
proyectarse en busca del millon de voces ausentes a cada momento.
Buscando tu sol
sintiéndote luna
los tormentos buscan la paz
y la paz necesita de éstos...
te sentí
y quizás
tu capacidad de dejar la huella
es la incapacidad misma de preguntarte...
¿por que?