Así como el humo vuela al exhalarlo,
yo te exhalo por última vez.
Y ahí te vas, vos y todo vos, y sólo vos:
a volar.
Y qué hacer...
cuando el amor brota a destiempo,
cuando de un lado el mar le ganó a la orilla pero del otro, a su vez y hace tiempo, la rambla hizo sucumbir al mismísimo mar…
Te veo. Como ayer, como hoy:
como siempre.
Y veo la distancia, la irrealidad,
la búsqueda que jamás encuentra porque aquello que busca hace tiempo que partió de allí.
Y el tiempo se conjuga en recuerdos y en distancias.
Y los recuerdos son amargos.
Y las distancias; innegables.
Los esfuerzos resultan innecesarios: los pasados no saben vivir dentro del hoy,
y los presentes ahogados de ilusión no existen en los parámetros de la verdadera necesidad y la real comprensión.
Yo una vez quise quererte y no dudaste en quemar mis naves ante la primera oportunidad.
Yo una vez aprendí a subestimarte, a dejar de temerle a tu ausencia, a dejar de respetarte como persona.
Yo alguna vez no dudé en odiarte,
y vos preferiste romper la placa tectónica, vos elegiste moverte de plano y hacerte isla que va en el mar,
y naufragaste en tu propio cauce, y no hubo brújula capaz de anclarte o salvarte…
Y cuando los relojes corrieron,
y las estaciones pasaron,
y las verdades decantaron,
las cartas se repartieron autónomamente sobre tu mesa y comenzaste a ver las cosas tal cual eran:
Quién te había amado,
quién te había llorado,
quién te había salvado,
y de ese entonces conjugado en varias jugarretas del presente surgió un solo nombre:
El mío.
Y yo ya no soy igual, ya volé, ya no estoy, ya me fui.
Y no lo ves,
o quizás, tal vez, no quieras verlo o no estés preparado para el acontecimiento de la realidad.
Y es así que la Julieta que conocías mutó:
Porque en vez de anclarse al dolor entendió que con ese dolor ella podía crecer,
porque prefirió la alquimia hecha a mano que la magia de los cuentos para dormir tranquila,
porque prefirió ser, en vez de sólo recordar.
Quizás ahora entiendas que sólo se nace después de sufrir,
y espero que tu bautismo esté pronto a llegar, para que puedas estar, para que puedas ser…
Ya no más conmigo. Ya no más.
Ya mis sentidos se retiraron de vos,
ya la abstracción levantó la sien de la conciencia y la verdad:
No quiero quedarme y dejar que las aguas corran incesantes,
los amores azules que se pueden perder entre un pasado tortuoso y un “presente” platónico son posibilidades que de irse, ya jamás volverán,
y el tiempo y el amor perdido entonces
serían más platos rotos sin pagar en esa deuda que hace bastante, tenés para conmigo.
Hoy lo siento:
Tantas veces intenté decir que te perdonaba sin sentirlo siquiera que ya todos aquellos intentos prescribieron en mi propio dolor.
Hoy lo siento. Hoy lo puedo decir:
Estamos a mano; porque a espaldas de alguien uno puede hacer y deshacer, pero cuando estás con esa persona es preciso que te esfuerces en sustentar todo un universo.
Aunque falso.
Aunque vacuo.
Aunque nadie nunca me haya dañado tanto:
Sospecho que sólo me faltó tener tiara o corona en nuestra realidad.
Bizarra, pero real al fin.
Hoy volá.
Yo no choco manos con el pasado, yo del pasado aprendo, pero eso no implica que me vuelva hacia atrás.
Es una pena…
Hoy vos tan enamorado y hoy yo tan elevada.
Hoy me necesitás tanto, y hoy me doy cuenta que te dejé tan atrás que por momentos ni siquiera te veo al voltear para ver aquella ruta.
Hoy andate. No por mí, sé que te hace mal.
No quiero analizarte, no quiero ahondar en lo que fue y no puede ni debe regresar, no puedo brindarte una solución:
No la hay, Anclado en Coruña.
El tiempo pasó,
y las fantasías amorosas nunca me han terminado de gustar.
A mí dame sol, dame calles de concreto, dame besos, dame abrazos, voz, piel, sexo, risas y sonrisas…
A mí dame cartas cuando lo sientas,
no cuando sean tu único medio de comunicación.
Hoy intentá salvarte, no te rindas a tu suerte.
Yo aprendí a salvarme, a valorarme, a respetarme, y a alejarme de aquello que me haga mal.
Buscá una causa por la que luchar y peleá por ella hasta el final.
Volvete capaz de asumirte entero, y afrontá tus propias limitaciones y consecuencias.
Ya no más yo. Ya no más Ju.
Ya no soy tu estandarte, ya no soy tu bandera.
Con ése cuerpo débil,
con ése rostro ya sin maquillaje,
con ésos huesos ya alejados de todo camuflaje,
con ésas defensas tan bajas…
Trapecista de todo lo que no se debe hacer ni ser, no sólo estás lejos.
Tenés una imagen y no te favorece,
yo jamás creí en eso de que la gente fuese capaz de cambiar:
Somos, en esencia, lo que somos
y tu esencia no se condice con la mía.
Yo en cambio, soy un reflejo que decanta verdades y refracta la luz, eclipse andante.
Después de todo, todo ha cambiado, pero hay algunas cosas que aún permanecen igual…
Vos, rey de los aviones,
cuando a mí siempre me gustó caminar.
Que lindo lo tuyo..
Cof cof, tosecita de fumadora.
Besos