Está claro que yo no soy la gran capitana, o sí, pero a mi modo. O quizás aun no, pero pueda llegar a serlo.
Luego la otra mano se estiró, alcanzó a la Julieta, la compañó, dobló su apuesta.
En esta partida el póker no es dama sino caballero,
los alfiles son alfileres en pleno tablero y yo sola voy
sin ir.
Digo,
sin decir,
y pretendo que sigas y seguís pero tus recursos se han agotado:
me toca.
Muevo sin mover- no muevo.
Del otro lado me rectifican la confianza y ante tanto,
me vuelvo a romper.
Usted espera y yo desgasto la desesperación.
Sí, la ve.
La determinación siempre fue amiga,
hoy está esquiva, lo sabe, y yo también lo sé.
Usted no se vaya, usted espere, yo ya voy a llegar…
No sé cómo ni cuándo, usted ya sabe de esto.
No se cuándo ni cómo, sé de miedos y de mí, y de usted.
No sé, no sé, no sé...
(Chicos, como verán estoy tomando cierto tiempo para acomodar algunas cosas por algunas esferas Julietísticas. Es probable que, nuevamente, este blog se actualice a los tumbos... Es lo que hay.)
Esto me hizo acordar a una canción de serrano.
no sé no sé no sé.
las pablabras que nos sientan te sientan bien.